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Un destino marcado por la fatalidad -
Cuando
entrevisté a Patrick para la revista “Praesens: Ciencia y Salud”
-un jueves de Diciembre del año 1986- nunca imaginé que sería la
primera y la última vez que lo vería con vida.
Nació en el seno de una familia de clase media, en el otoño de 1963.
Sus
primerizos padres John
y Meredith-
de 25
y 23
años de edad, respectivamente,
esperaban con ansia su advenimiento;
desafortunadamente,
el nacimiento
trajo consigo un nefasto
suceso. Se
le
diagnosticó
fimosis
a
los seis
meses de vida; por
lo que, dos,
más
tarde,
se le practicó una circuncisión que
le dejó graves secuelas imposibilitándole,
así,
un desarrollo sexual
natural.
Los
progenitores del pequeño -terriblemente
consternados-
acudieron
a la consulta del Dr. McMahon,
un
conocido psicólogo y
médico especializado
en sexología,
popular
por sus trabajos sobre los roles de género.
Convencidos,
entonces, de que la reasignación de sexo sería lo más beneficioso
para Patrick -pudiendo, de esta manera, madurar sexualmente con
éxito- procedieron a tal efecto.
Al
cabo de un tiempo; tras complejas intervenciones quirúrgicas,
procesos
hormonales
y
un exhaustivo
tratamiento psicológico,
pasó a llamarse Elise.
No
obstante todo aquello, jamás
llegó a identificarse
como una fémina.
Ni
los preciosos vestidos que el
pequeño se vio obligado a
lucir
durante años ni
el delicado
trato que recibía de
sus padres y familiares ni
el agresivo proceso
al que estuvo sometido durante
años, consiguieron hacerle
sentir como una mujer.
A
los 15 años de edad, un
jovencísimo Patrick empezó a
manifestar frecuentes
episodios depresivos
y siguiendo el consejo del
psiquiatra que llevaba su caso
-en la primavera de 1979-
sus padres se vieron obligados
a confesarle
la verdad acerca de su reasignación.
Desde
aquel preciso momento;
decidió asumir su papel masculino cambiando,
así mismo, su nombre por el de
Patrick.
La
relación con sus progenitores fue difícil a partir de ese momento
por lo que, al cumplir los 18, tomó las riendas de su vida y se
estableció en una
ciudad que distaba muchos
kilómetros de la casa familiar en
la que creció; consiguió
un modesto trabajo
que le permitió hacerse cargo
de sus gastos;
negándose, constantemente,
a recibir la ayuda económica
de sus padres y evitando, en
todo momento, un mayor
acercamiento hacia
los mismos.
Paralelamente,
dedicaba gran parte de su tiempo a indagar sobre la posibilidad de
someterse a un tratamiento para revertir la reasignación de género.
No
le entusiasmaba, en
absoluto, la idea de
relacionarse
con un cúmulo de
personas; sin embargo, pese a ese carácter introvertido que
desarrolló, llevó
a cabo algunos intentos por
conectar con el sexo femenino, a
nivel emocional y sexual en su
-ahora- condición masculina; desafortunadamente,
fallidos.
Algunos
de sus compañeros de trabajo lo consideraban como
una persona sumamente anómala
-aún desconociendo los hechos-
distanciándose, por consiguiente.
La
inesperada noticia de la muerte de su abuela materna quien padecía
de alzheimer, desequilibró aún
más su frágil estado
psicológico-emocional;
después de todo, fue la única persona que debido a su enfermedad,
desconoció siempre su trágica
historia, profesándole
un amor
incondicional
durante el tiempo en que vivió
como Elise, así como cuando
pudo, finalmente, llevar la
vida que le correspondía.
Las
periódicas visitas que le realizaba -en casa de su tía Christine-
año tras año, permitieron
a sus progenitores
tener noticias suyas.
Transcurrieron
los años y en 1986, Patrick -sabedor de la existencia de un caso
similar al suyo en territorio canadiense, en el que estaba
involucrado un amigo y colega del Dr.
McMahon-
envió una misiva al director de
la revista
“Praesens: Ciencia y Salud” con
la finalidad de contar su historia y evitar, de
esta manera,
que se repitan más casos como el suyo.
Fui
el elegido
para realizar aquella entrevista que
nunca más olvidaría...
Dos
semanas más tarde, cuando celebraba las navidades con
mi
familia, recibí la
trágica noticia de
su deceso.
En
la habitación de un sórdido hotel de carretera, fue encontrado el
cuerpo sin vida de Patrick, colgando
de una viga.
Había
dibujado un símbolo de interrogación en su torso
desnudo, con
la sangre del dedo índice de su mano derecha.
Acariciando
el vientre de Joan -mi esposa embarazada de 8 meses- divagábamos
sobre los posibles nombres para nuestro pequeño o pequeña.
Inevitablemente; la alegría se entremezclaba,
en mi, con la tristeza e incertidumbre.
Entretanto;
la afable, apocada
sonrisa
de Patrick se dibujaba
en mi pensamiento.
La
entrevista que se llevó a cabo fue,
inexplicablemente,
cancelada
por el director de la revista y jamás
fue publicada. Aún
desconozco los motivos.
Sin
embargo, la investigación que realicé posteriormente -a
nivel
particular- reveló importantes contactos de aquel controvertido Dr.
McMahon,
con
las
más altas esferas
del
poder político y financiero; así
como también,
un
turbio pasado que le sitúa a finales de la segunda guerra mundial,
al
igual
que
a otros colegas suyos de
profesión.
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Escrito por Key A Anquetil
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Copyright © Key A Anquetil - Todos los Derechos Reservados al Autor
Foto: Copyright © Anthony Anquetil - Todos los Derechos Reservados al Autor
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